domingo, 14 de septiembre de 2014


Cómo tener una actitud positiva


Para tener una actitud positiva hay que simplificar en la vida”, dice Rubén Turienzo, escritor, entre otros, del libro Smile: El arte de la actitud positiva y creador del Modelo Sm;le, una técnica que ha inventado para transformar todo en actitud positiva.
El viernes pasado asistí a unas jornadas en Granada, organizadas por la Asociación Cultural La Dinamitadora, en las que tuve la oportunidad de conocer en persona a Rubén Turienzo y asistir a su conferencia “Actitud positiva en tiempos de dificultad”. Nos habló, mediante fórmulas, de felicidad, actitud y positivismo.
Rubén nos dejó perplejos con su método para ser positivos ante cualquier dificultad y él mismo nos enseñó su aplicación cuando, al iniciar la conferencia, el proyector no funcionaba y no podía usar la presentación que había preparado. Este hecho no le afectó nada y enseguida le encontró solución. Y todo en 5 sencillos pasos:

Paso 1: Simplifica

La vida no es fácil, pero la podemos hacer sencilla. Siempre habrá situaciones o problemas que nos dificulten el día a día. Cuando simplificamos nuestra vida ganamos eficacia, energía, autoestima y tiempo. Ante eso que te está generando un problema, piensa:¿lo puedo hacer más sencillo?” Por ejemplo, si el coche se estropea, llama al seguro y que ellos se encarguen. Así de simple.

Paso 2: Relativiza

Hay  cosas que son como son y no se pueden simplificar. Pero piensa: ¿realmente es tan grave?” Nada es tan sumamente grave. Dice Rubén que lo único definitivo es la muerte y nadie ha vuelto para quejarse. Las cosas tienen la gravedad que nosotros queremos darle. Cuando relativizamos nuestros problemas ganamos positivismo, capacidad resolutiva, oportunidades y relajación. En el ejemplo del coche roto: las máquinas se estropean. Y se arreglan.

Paso 3: Positiviza

Todo tiene un lado positivo. No se trata de reírte de los problemas sin más, sino de entender que, si te aferras a la consecuencia positiva, todo será más fácil de resolver. Positivizando ganas alegría, efectividad, motivación y salud. Ante una situación negativa, pregúntate: ¿Qué elemento positivo me puede aportar?” Por ejemplo, si el coche se estropea, puedes excusarte donde fueras y ganar un tiempo para ti.

Paso 4: Ilusiónate

Este es el 4º paso que Rubén Turienzo llama “Ilusiónate” y yo llamaría “crea”. Para obtener felicidad es imprescindible tener metas e ilusiones positivas. No somos capaces de ilusionarnos o visualizar alternativas porque nos centramos en justificar las consecuencias y no en evaluar nuestras responsabilidades. Cuando te ilusionas, cuando creas alternativas, ganas optimismo, productividad, autoestima y estabilidad. Ante una dificultad, piensa:¿qué puedo crear a partir de eso?”. En el ejemplo del coche roto: observa  y encuentra en el camino de vuelta algún sitio que no conocieras. Disfruta del paisaje.

Paso 5: Modifica

Si el problema ha ocurrido o persiste es porque tenemos que cambiar algo. Somos seres vivos de costumbres, así que nos asusta el cambio, pero a veces es necesario. Da el paso y cambia lo que no te gusta. O cambio lo que me está pasando o lo quito de mi vida. Modificando ganarás esperanza, equilibrio, utilidad y libertad. Ante algo que ha ocurrido o está ocurriendo, pregúntate:¿puedo actuar sobre ello modificándolo?” En el caso del coche averiado, puedo hacer revisiones más frecuentemente al coche y así prevenir posibles averías futuras.





Serie “Cómo alcanzar la paz interior”: 3. Vivir conscientemente



Continuamos con la serie “Cómo alcanzar la paz interior” con esta tercera entrada: Vivir conscientemente.

Vivir conscientemente significa vivir en el aquí y en el ahora, tomar conciencia tanto físicamente como mentalmente de este instante.
Vivir conscientemente es despertar del estado de  letargo en la que estamos normalmente sumergidos; el estado de tener nuestra mente en cualquier lugar menos en el momento presente, encadenada a pensamientos acerca de lo que vas a hacer más tarde, lo que hiciste o alguien hizo o dijo en un momento pasado, los problemas que tienes que solución.
Vivir conscientemente es no perderse la vida mientras caminamos a través de ella; significa estar atentos a lo que está pasando dentro de nosotros mismos y a nuestro alrededor.
Vivir conscientemente es más fácil de entender que de poner en práctica. Porque nos olvidamos. Nos olvidamos una y otra vez. Pero no pasa nada: olvidamos y volvemos a recordar. Cada vez más, hasta que lleguemos a un estado de consciencia más o menos aceptable.

Sin juzgar, sólo observar.

Vivir conscientemente empieza por observar, redescubrir ese nuevo mundo que estaba ahí y al que no hacíamos caso.
Pero observar sin juzgar, de forma imparcial. Cuando juzgas dejas que entre en juego tu mente, y por ende, tu ego.
Si eres capaz de detener tu mente y mirar… el mundo será totalmente distinto porque en el silencio los conceptos son distintos y dejas de juzgar aquello que ves.


7 Técnicas para vivir conscientemente

Vivir conscientemente no es automático; como todo hay que practicarlo. Aquí os dejo algunas técnicas para mejorar la atención plena:


  1. Medita. La meditación es donde comienza la vida consciente. Busca un momento del día. Puedes empezar con poco, uno o dos minutos, y ves ampliándolos a 5 o 10 minutos conforme pasen las semanas. Te ayudará a estar atento a tu cuerpo, tu respiración y tus pensamientos.
  2. Mantente despierto. Pasamos el día en un estado de sueño. Nuestros pensamientos divagan, nos alejan del aquí y del ahora, nos alejan del momento presente. Intenta estar despierto la mayor parte del tiempo. Observa con frecuencia tus pensamientos¿Dónde está tu mente? ¿Está en este instante? Puedes usar una palabra o mantra que te haga volver a este momento, como por ejemplo “ahora”, “aquí y ahora” o “regresa”. Pon el foco a lo que estás haciendo.
  3. Come con atención plena. Muchas veces comemos a toda velocidad y con nuestra mente en nuestros pensamientos. Aprovecha estos momentos del día para saborear el momento.
  4. Toma consciencia de tu postura corporal. Observa tu cuerpo, nuevamente sin juzgar. Usa los sentidos ¿Qué sientes?
  5. Haz mini-meditaciones. Las mini-meditaciones son estados de consciencia en breves periodos de tiempo. Puedes hacerlas en tu día a día, mientras trabajas, vas en autobús o te duchas. Puedes coger algunas ideas en esta magnífica lista de 100 mini-meditaciones.
  6. Escucha a los demás. Cuando alguien te hable, escúchale atentamente, no te limites a esperar tu turno para hablar. Escucha sin juzgar. Cuando dejamos de tratar de luchar por cambiar a los demás, cuando aceptamos lo que son, estamos mucho más en paz.
  7. Sé agradecido. Nos quejamos de todo, pero la vida es un milagro. Mira a tu alrededor: seguro que encuentras algo que agradecer. Sé agradecido con lo que tienes, y no necesitarás más para vivir. Sé agradecido cuando estás con alguien, y serás más feliz con los demás. 
  8. La vida es increíble, si aprendemos a apreciarla.

Sumamente importante para crecer, para aprender a estar bien, es el vivir conscientemente,  aquí y ahora, de todo lo que ocurre a mi alrededor y, sobre todo, en mi interior.


Serie “Cómo alcanzar la paz interior”: 1. Reeducar la mente



Hace un poco estuve en un curso que impartió Aurelio, mi maestro de Reiki, que se llamaba “Aprender a estar en paz”. Me encantó, puesto que fue un curso recopilatorio de todas las cosas que había leído y aprendido sobre este tema. Me di cuenta que, si ponemos en práctica todo esto, realmente nuestra vida cambia, nos sentimos bien, en armonía. Así que he pensado empezar esta serie de “Cómo alcanzar la paz interior”.

La mente

La mente es una herramienta maravillosa que nos ha hecho evolucionar como especie. Gracias a nuestra inteligencia hemos conseguido grandes avances. Pero la mente tiene un problema: sigue funcionando sin que nosotros la controlemos.
La mente genera 60.000 pensamientos diarios, de los cuales sólo una infinitésima parte los generamos de forma consciente. Es una herramienta sin control, y eso puede generarnos problemas.

Las creencias

La mayoría de nuestros pensamientos provienen de nuestras creencias. Hay un libro: “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruiz, basado en la sabiduría de los antiguos toltecas, que es totalmente recomendable. El libro relata que todas las personas tenemos un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional.
Llega un momento que esos pensamientos forman parte de la imagen que tenemos de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Los pensamientos que no controlamos acaban creando nuestras creencias: en la vida, en la muerte, en lo social, en lo político,…
El mapa no es el territorio” . Esta conocida frase de PNL (Programación Neuro-Lingüística) viene a decir que no experimentamos el mundo directamente, sino por medio de creencias, que configuran los mapas mentales con los que entendemos la realidad. Y cada uno tiene su propio mapa mental. Pero esa no es la realidad.
La imagen que tengo del resto del mundo, la imagen que tengo de mí, de mis familiares, de mi pareja, etc., no son más que pensamientos que he creado a lo largo del tiempo y muchos de estos pensamientos son creados de forma inconsciente.
Al pasar el tiempo crees, equivocadamente, que tú has creado todos esos pensamientos de forma independiente y la verdad es que la mayoría han sido influenciados por palabras de otras personas o informaciones que te han llegado y has asimilado sin darte cuenta.
Con frecuencia dichas creencias adquiridas nos perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad. Pero hay una buena noticia: se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad.

Fases para reeducar nuestra mente

Para reeducar la mente debemos seguir las siguientes 5 fases:


1.- Ser consciente de tus pensamientos ¿qué piensas? ¿cuándo? ¿cómo? ¿por qué?

¿Qué piensas de ti? ¿Qué piensas de mí? ¿Qué piensas de tu pareja? ¿Y de tus padres?Párate un momento a observar esos pensamientos.
A lo largo del día, en cada instante, observa tus pensamientos. Sin juzgar las creaciones de tu mente. Esto puede llevarte tiempo y forma parte de la obtención de la paz en tu vida, aunque en un principio pueda parecer una paradoja porque vas a ver que hay muchísimos pensamientos que no te gustan, que no los quieres en tu vida y que, sin embargo, están ahí. Pero no importa, forma parte de algo normal. Nadie nos ha enseñando a trabajar con nuestra mente inconsciente.

2-. Diferenciar entre los pensamientos que has creado tú y los que te han venido impuestos por informaciones ajenas.

Así, una vez que has observado, una nueva tarea consiste en separar los pensamientos “verdaderamente tuyos” de los que no lo son.
Plantéate cada pensamiento con esa pregunta: 
¿realmente yo pienso así? Te darás cuenta de la inmensa cantidad de pensamientos que están ahí sin que tú lo desees. No es bueno ni malo: es inconsciencia.
Aprende a ver los pensamientos que has creado tú a lo largo de tu vida y una vez que los tienes observa este nuevo grupo de ideas y pregúntate cómo han llegado ahí: ¿realmente los has creado tú o son producto de influencias de otros o de informaciones recibidas?
Llegarás a un punto en el que entenderás que todos tus pensamientos estaban creados con anterioridad y que de alguna forma han llegado a ti a través de influencias, a veces deseadas y a veces no.

3.- Diferenciar entre los pensamientos que traen paz a tu vida y los que traen intranquilidad o infelicidad.



Por supuesto en toda esta maraña de observaciones y estudios puedes analizar cuáles son los pensamientos que crean paz en tu vida y cuáles no. Pensamientos como: “soy torpe” o “no puedo con los pijos” o “nadie me escucha” perturban nuestro pensamiento.La verdadera paz es la que te hace sonreír desde tu interior. Ahí no hay posibilidad de engaños.

4-. Desechar todos los pensamientos que crean infelicidad en tu vida, aquellos que no traen paz.

Cuando eres capaz de dilucidar qué pensamientos son los que te generan paz, entonces puedes desechar aquellos que no la traen. ¿Para qué quieres pensamientos que te traen infelicidad?
Cada vez que te observes teniendo uno de éstos pensamientos negativos, elimínalos de tu mente.


5.- Crear, sólo, pensamientos que traen paz a tu vida.

La conclusión es sencilla: todo lo que piensas y crees te ha llegado a través de otros. Ahora es el momento de crear tus propias creencias, de forma consciente, por supuesto influenciadas por información que has recibido, pero conscientemente decidirás qué información dejas que te influya y cuál no, qué personas dejas que tengan poder sobre ti y cuales no…


¡Tú decides que quieres creer!


Serie “Cómo alcanzar la paz interior”: 4. Conocerse a uno mismo


 
Tener paz interior incluye implícitamente ser consciente de uno mismo y conocerse. ¿Cómo puedo saber si estoy en paz si no me conozco?
Muchas veces creemos que nos conocemos por toda una serie de “etiquetas” que nos han ido poniendo (o nos hemos puesto nosotros mismos). Pero… ¿quiénes somos en realidad?

Autoconocimiento

El conocerse a uno mismo lleva mucho tiempo y gasta mucha energía porque implica aceptar que muchas veces la causa que origina nuestro comportamiento no nos gusta. A ninguno de nosotros nos gusta descubrir que podemos ser manipuladores, egoístas, envidiosos,… eso forma parte de nuestra sombra, de lo más oscuro, son comportamientos no aceptados socialmente y sabemos que los demás pueden rechazarnos si descubren la verdad sobre nosotros mismos.
 El autoconocimiento se inicia a través de la observación de uno mismo. Es necesario mirar hacia el interior, preguntarme quién soy en realidad. Obsérvate sin juzgarte.
 Es necesario sincerarse con uno mismo, dejar que la verdad florezca sin tapujos, siendo capaz de llegar a lo más profundo del Ser.
Otra forma de conocerse a sí mismo es utilizar la teoría del espejo: aquello que vemos fuera sólo es un reflejo de nuestro interior: lo que me gusta de otros es lo que me gusta de mí, lo que no me gusta de otros no me gusta de mí…

Autoengaño

Nuestro mayor enemigo en este proceso de autoconocimiento es el autoengaño. Es el ego, a través de la mente, el que hace que me engañe a mí mismo. Primero creando una imagen falsa de mí, y después creando otra imagen falsa del mundo para, más tarde mentirme sobre lo que hago, justificando siempre mis actos.
La mejor manera que conozco para detener esta gran mentira es ser consciente de tus pensamientos y tus actos; escuchar a la mente cuando intenta justificar lo que vamos a hacer, y sonreírle como amor, mientras desechamos los pensamientos. Deja que sea tu interior quien decida, pregúntate: ¿esto te va a hacer más feliz, te va a hacer mejor?

Aceptación de uno mismo

Aceptar es ver la realidad que existe en un momento determinado, amarla tal cómo es porque tú la has creado, y sentirte en pazcon ella.
Influenciado por los demás: mis padres, amigos, compañeros, parejas,…, creando mis propios pensamientos, mis actos, mis experiencias… lo que yo soy, la imagen que tengo de mí mismo la he ido generando poco a poco, a lo largo de años. No es cuestión de culpar a nadie, actúa con responsabilidad.
Puede ser que no te guste la realidad que tienes ahora, en este momento, pero es lo que has creado y para estar en paz debes amar lo que has creado. Si más adelante quieres cambiarla eres libre de hacerlo. Al igual que has creado esta realidad puedes crear aquella que tu quieras.
Lo más importante de todo esto es ser consciente que soy capaz de todo: de lo que consideramos mejor y de lo que consideramos peor… y que tengo que aceptarme como soy en ese momento, porque yo he decidido lo que quería ser.
Conocerse a uno mismo, sin engañarse, y aceptarse tal y como uno es, nos ayudará a estar en paz con nosotros mismos.

Un cuento sobre esto:

Un niño indio le preguntó a su abuelo por qué había hombres buenos y malos.
El abuelo le contestó que en el interior de cada hombre había dos lobos: uno era el que llevaba en su interior el amor, la bondad, la generosidad… y el otro llevaba odio, rencor, envidia…  y continuamente estaban peleando entre sí.
Volvió a preguntar: “¿y qué lobo gana?”

El anciano respondió: “Aquel al que alimentes”.

15 Consejos para llevar una vida organizada

Casi todo el mundo tenemos la necesidad de llevar una vida organizada. Me considero una persona bastante organizada, pero siempre estoy dispuesta a aprender más sobre organización.
Quizás te interesen estos consejos para llevar una vida organizada. O quizás pienses que ya eres lo bastante organizado, pero te interese saber de la organización de los demás.
En todo caso ahí van algunos breves consejos para organizar tu espacio y tu tiempo:
  1. Reduce antes de organizar. Si tienes el armario lleno de ropa, por ejemplo, por muchos organizadores que pongas seguirás teniendo el armario lleno de ropa. Igual pasa con tu tiempo, tus tareas o tus proyectos. La solución: reducir, eliminar y simplificar. Si tienes un armario con 100 prendas y  te quedas con 33 y tiras las que ya no usas, ya no necesitarás un organizador.  Lo mismo pasa con la organización del tiempo: si tienes 20 cosas para hacer hoy y las reduces a solo las tres tareas más importantes, ya no necesitarás un horario. Así que saca todo de tu armario o cajón o cualquier otro contenedor (incluso tu horario), límpialo y vuelve a poner, únicamente, aquellos artículos que realmente te encantan y usas regularmente.Deshazte de todo lo demás.
  2. Usa listas de tareas. Usa alguna aplicación o libreta para apuntar todas las tareas que tienes pendientes, separadas por contextos. Libera tu mente y no olvidarás nada. Yo uso Wunderlist para mi listas de tareas, y tengo listas compartidas con mi pareja, como por ejemplo la de la compra o la de los niños.
  3. Escríbelo, siempre. Nuestras mentes son algo maravilloso, pero dejan pasar cosas como un filtro. No recordamos las cosas cuando las necesitamos recordar y continuamente las recordamos cuando no las necesitamos. En lugar de usar tu mente como un depósito de cosas que necesitas recordar, escríbelas. Yo llevo siempre una pequeña libreta de bolsillo a todas partes donde voy y escribo las cosas inmediatamente. Luego proceso las ideas y las tareas en el calendario o en mi lista de tareas, así no olvido las cosas. Mantén un omnipresente dispositivo de captura (puede ser la libreta o el móvil) y anota toda idea que se te ocurra.
  4. Mantén una bandeja de entrada y procésala. Bueno, realmente necesita dos bandejas de entrada– uno para la casa y otro para el trabajo. Sin embargo mucha gente tiene más que eso. Ten una sola bandeja y pon todo lo que llega allí. Luego, una vez al día (o una vez a la semana en la casa si lo prefieres), procesa tu bandeja de entrada hasta vaciarla. Toma un ítem de la caja y decide qué hacer con él, ahí mismo: tirarlo, delegarlo, archivarlo, ponerlo en tu lista de tareas o hacerlo inmediatamente. Haz lo mismo con el siguiente ítem hasta que tu bandeja de entrada esté vacía. No dejes estas decisiones para después.
  5. Ten un lugar para todo. Relacionado con el anterior consejo está aquel de tener un lugar para cada ítem en tu vida. ¿Dónde van tus llaves? Deberías tener un lugar para ellas (cerca de la puerta es el mejor sitio) y nunca las perderás de nuevo. ¿Dónde van tus lapiceros? ¿Y las revistas? Enseña a tus hijos a tener un lugar para cada juguete o cualquier otro artículo en sus habitaciones (aún así, sus juguetes son en su mayoría objetos sin hogar, pero son niños) y ese es un concepto que funciona con adultos también: cada ítem debe tener un lugar, y si no lo tiene, necesitamos escogerle uno. Así, si encuentras algo en tu mesa, en tu cama o en tu escritorio, sabrás que no pertenece allí. El mismo concepto aplica para la información: ¿Tienes un lugar dónde poner toda tu información? Si no, usa alguna aplicación o herramienta donde puedas crear páginas para cada tipo de información de tu vida – horarios, metas, tareas, películas para ver, libros para leer, notas sobre proyectos, etc.
  6. Escribe tus tres tareas más importantes y tus grandes rocas y hazlas. Escribe diariamente las tres tareas más importantes del día y semanalmente las tareas “grandes rocas”, y comprométete a hacerlas. Al cabo de un año habrás hecho una gran cantidad de tareas, créeme.
  7. Haz una cosa a la vez. La multitarea es antiproductividad (me costó tiempo comprender esto). Focalízate en lo que haces y cuando termines, empieza con otra actividad.
  8. Hazlo ahora. La procrastinación es uno de nuestros mayores problemas a la hora de sacar trabajo adelante y organizarnos.
  9. Aprende a decir no. Si tenemos la agenda apretada y seguimos diciendo sí a eventos, reuniones, cumpleaños… nuestra vida será de todo menos organizada.
  10. Usa bien la agenda. Apunta en la agenda citas y eventos. No uses la agenda para apuntar tus tareas.
  11. Guárdalo inmediatamente. La mayoría de la gente tiene el hábito de poner algo en la mesa o en su escritorio con la intención de “guardarlo luego”. Bueno, así es como las cosas se tornan desorganizadas. En cambio, guárdalo inmediatamente, en su lugar. Sólo se tarda unos pocos segundos, y este hábito le ahorrará un montón de tiempo de limpiar, clasificar y ordenar luego. Cuando te veas dejando algo en cualquier parte, para, y fuérzate a guardarlo inmediatamente. En poco tiempo, se convertirá en algo natural.
  12. Limpia sobre la marcha. Muy relacionado con el hábito anterior, este hábito es efectivo porque es mucho más fácil limpiar las cosas mientras trabajas o mientras avanza el día que dejarlas apilar y luego hacer una sesión de limpieza después. Por ejemplo, si estás cocinando, trata de lavar los platos al irlos usando, luego limpia todo, en vez de dejar un gran desorden. El mismo principio se aplica a todo lo que hacemos. Si es más fácil hacerlo en pequeños pasos, más probablemente lo haremos. Si hay un gran desorden por limpiar, más fácilmente nos intimidará o abrumará la tarea y la dejaremos para después.
  13. Usa GTD. Es el mejor método que conozco para organizar tu vida, tu tiempo y tu trabajo.
  14. Establece rutinas y sistemas. Si ya tienes todo limpio y organizado, te podrás sentar y disfrutar del placer que ello brinda. Ser organizado y tener un ambiente de trabajo o un hogar simplificado es tremendamente satisfactorio. Pero el problema es que al cabo de un tiempo, las cosas tienden a desorganizarse y revolverse otra vez.  La solución: necesitas establecer sistemas para mantener el orden. Por ejemplo, el procesamiento de la bandeja de entrada mencionada antes es un sistema: tienes procedimientos específicos para procesar todos los papeles entrantes, y tienes una rutina para hacerlo (una vez al día). Todos los sistemas siguen el mismo esquema – procedimientos específicos y una rutina que se hace a intervalos determinados (tres veces al día, una vez al día, una vez a la semana, una vez al mes, etc.). Es importante que identifiques los sistemas que tienes en tu vida y los escribas para que así los puedas hacer eficientes, simples y organizados. Desarrolla sistemas para tratar con el papeleo y el email, con los niños, con tus horarios, con la compra, la colada, las tareas, el ejercicio y todo lo demás. Una vez que esos sistemas están implementados, necesitarás estar pendiente de mantenerlos en marcha, y así tus cosas se mantendrán organizadas.
  15. Simplifica, simplifica, simplifica. Muchas de las tareas, cosas y eventos que hay en nuestra vida no son necesarias, y no nos acercan a lo que es más importante para nosotros. Simplifica todo lo que puedas tu vida y será mucho más fácil organizarte.